Desenmascarando al impostor: ¿Por qué me saboteo a mí mismo?

La oscuridad y la luz

Estaba en la oscuridad, sin poder ver nada a mi alrededor. Había otros como yo, pero de repente, gané la vista y comencé a ver a mi alrededor a muchas personas que aún no podían ver. Cientos, miles, amigos y familiares. Casi todos a mi alrededor eran ciegos. Entonces comencé a alejarme y buscar a alguien más que también pudiera ver. Me di cuenta de que había algunos más como yo. Nos acercamos y hablamos mientras mirábamos lo que sucedía a nuestro alrededor.

Pero luego de un tiempo, comenzamos a criticar a aquellos que aún no podían ver, y nos llenamos de ira y frustración. No entendíamos por qué no podían ver. Pero un día, me di cuenta de que aún entre los ciegos, parecían ser más felices que yo. Así que decidí volver a estar en la oscuridad, pero una vez que has visto, es difícil volver a estar ciego. Incluso si cerraba mis ojos, todo lo que había visto quedaría grabado en mi mente.

Así que decidí cubrir mis ojos con una venda. De esa manera, aquellos que no podían ver pensarían que era como ellos, y aquellos que sí podían ver, pensarían que volví a estar ciego.


Así que decidí vivir en el mundo de sueños de los ciegos, aunque yo no era uno de ellos, pero quería estar con ellos. De vez en cuando les hablaba, les describía imágenes para ver si despertaba su curiosidad. Aquel que hacía más preguntas, probablemente quería abrir sus ojos y despertar. De esa manera, podría ayudar a los que aún no veían, aunque sé que es difícil, porque cuando alguien empieza a ver, se llena de infelicidad y frustración. Pero es importante aceptar lo que se ve y calmar las ansias de que todos vean.

Este mundo es una mezcla de sueños, mentiras, luz y oscuridad. Cuando abres los ojos, la felicidad que crees tener es una mentira, y te das cuenta de que vives en la oscuridad. Ese es el dilema: vivir ciego creyendo que eres feliz, o abrir los ojos para darte cuenta de que no lo eres. La elección está en tus manos, solo en ti.

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